Os dejamos una noticia del Diario de Navarra en la que destacan una de nuestras mudanzas en Pamplona:

Os dejamos el texto del artículo:

Vicente Larumbe Latasa, de 61 años y delineante de profesión, paseaba una tarde a mediados de agosto por la Plaza del Castillo, cuando vio que empezaban a sacar muebles del Casino Principal y vislumbró un gran espejo antiguo en el balcón. Aficionado a la fotografía desde los 15 años esperó un buen rato hasta ver si los operarios de Mudanzas Iruña metían el espejo en el Casino o lo bajaban a la calle.

«Siempre llevo la cámara conmigo. Después de unos quince minutos descendieron el espejo y lo fotografíe, ayudándome del zoom, justo cuando en la luna del espejo se reflejaba el quiosco de la Plaza del Castillo», explicó Vicente Larumbe.

Meses más tarde, en noviembre, esta fotografía ganó el tercer premio del concurso de fotografía Rincones de Pamplona 2004, organizado por el Consistorio pamplonés. La tituló Marco para el kiosko y la reveló en color, en un tamaño de 40×50 centímetros. Rubén Azcona, dueño de la empresa Mudanzas Iruña, conoció el pasado 24 de noviembre y a través de esta misma página la fotografía, cuando se dieron a conocer los ganadores del concurso. No pudo evitar su sorpresa al ver reflejados en ella a dos de sus operarios, que habían participado en la mudanza del Casino Principal: César Fonseca e Íñigo Villamayor. No dudó ni un segundo en ponerse en contacto con Vicente Larumbe, para tratar de conseguir la imagen y poder colgarla en pared de las oficinas de la empresa.

«El espejo es del siglo XVIII. Intentamos bajarlo con la maquinaria pero resultó imposible, porque es muy grande y delicado. Al final lo sacamos por las escaleras», explica Rubén Azcona. Recuerda cómo tardaron seis días en realizar la mudanza, ya que debieron trasladar también varias librerías o una estatua de un gran buda.

Fue fácil llegar a un acuerdo: Vicente Larumbe hizo una copia de la imagen y se la entregó a Rubén Azcona, quien sólo tuvo que pagar el coste. «Las suelo mandar a Barcelona para el tratamiento en un laboratorio. La he seguido conservando en color pero reducida a 30×40 centímetros. Y la entregaré con una cartulina por detrás, para así darle un poco más de cuerpo», explicó Larumbe.